JAVIER SELVA, fotografiar y guardar el equipo

Montañero y correcaminos, Javier acaba de publicar el libro Fotografía digital de montañas, viajes y aventuras. Con consejos prácticos, y reflexiones muy personales sobre quien se lanza a la montaña con un equipo fotográfico en la mochila.
Javier Selva
Javier Selva
Fruto de su experiencia como fotógrafo y como montañero, en este manual encontraremos consejos y trucos para mejorar nuestras fotos en montaña o en viajes y para alargar la vida útil de nuestros equipos.

En las escasas pero intensas 96 páginas de este práctico manual se da un repaso general a los conceptos más comunes tanto del mundo digital como de composición para poder ayudar al aficionado desde el punto de vista técnico y estético.

El lector encontrará, tras un primer capítulo divulgativo dedicado a conceptos de fotografía digital como píxel, resolución, formatos, tarjetas un segundo capítulo sobre el encuadre y la composición. Temas que, como el mismo autor asegura son al fin y al cabo, después de tanto automatismo y sofisticación en las cámaras, donde de verdad se reconoce a un buen fotógrafo y donde los aficionados van a poder desarrollar sus habilidades creativas.

El tercer y último capítulo es el más específicamente aventurero. Javier exprime hasta la última gota de su experiencia para ponernos en antecedentes de lo que hay que hacer y no hacer al lanzarse al desierto o a una montaña nevada con una cámara digital. En estas páginas, las más originales de todo el manual, no sólo encontramos consejos prácticos sobre protección de la cámara frente al frío, al calor o los golpes, tipos de tarjetas, autonomía de las pilas o las baterías, sino reflexiones muy personales entorno a la doble personalidad de quien se lanza a la montaña con un equipo fotográfico en la mochila.

Javier Selva

Javier Selva
¿Piensas que es más fácil hacer buenas fotos con una cámara digital que con una cámara de película?
Esta es una buena pregunta para reflexionar. Si pensamos en la técnica de forma aislada, independientemente del fotógrafo que la utiliza, creo que no. Las variadas maneras de crear una imagen fotográfica son indiferentes a la hora de realizar el disparo. La prueba de ello es que buenas fotos y obras de arte fotográfico han existido siempre al margen de las técnicas utilizadas para su realización.
Yo pienso que es el impulso interior el que mueve el equipo, y considerando la fotografía como un “hecho artístico”, es menos importante la herramienta que el instinto creador.

Ahora bien, lo que la fotografía digital ha modificado sin duda es la percepción de la fotografía por los individuos que se acercan a este mundo. Estamos preocupados intentando analizar el cambio que han supuesto las técnicas digitales para la fotografía y se nos escapa lo realmente importante, el cambio que han experimentado los fotógrafos y los consumidores de imágenes (que en último caso somos todos nosotros). La fotografía digital ha permitido lo que yo llamo una “democratización de la fotografía”, es decir un acercamiento y popularización de las técnicas para crear imágenes fotográficas.

Esto ha permitido aumentar el numero de imágenes disponibles de forma gigantesca y paralelamente desarrollar la capacidad de análisis y valoración de millones de nuevos fotógrafos (profesionales o aficionados) que pueden crear sus propias obras y valorar las de los demás. Esta revolución digital en el mundo de la fotografía ha creado una nueva “mentalidad digital” en los usuarios que, en mi opinión, es la auténtica revolución.

Al igual que ocurrió con la imprenta que sirvió para sacar el conocimiento de los monasterios y las bibliotecas reservadas a unos pocos, la fotografía digital ha permitido (y ésto solo acaba de empezar) que el individuo pueda acceder a un mundo antes solo reservado a una minoría.

Pero el cambio auténticamente revolucionario no es la evolución de los equipos o las técnicas sino de las personas.

Otra cosa es escribir una buena novela. Pero, igual que nos parece posible escribirla con una pluma estilográfica o un ordenador, tampoco las imágenes fotográficas dependen tanto del formato cuanto del contenido.

Javier Selva

Javier Selva
¿De qué manera la fotografía digital ha modificado tu manera de hacer fotos?
Por suerte o por desgracia mi corazón fotográfico está dividido en dos. Por un lado mi faceta de fotógrafo comercial en mi estudio de Madrid y por otro mi trabajo personal y de autor en la naturaleza.

Con respecto al primero la llegada de la fotografía digital fue un hecho incuestionable y definitivo.

En la faceta de fotógrafo de naturaleza y autor la cosa es diferente.

Quizás no sea del todo cierto pero me gusta pensar que mi fotografía personal no se ha visto modificada de manera sustancial por el mundo digital. Cuando me enfrento a un paisaje o a una gran montaña no lo veo solo con la mirada de un fotógrafo.

También siento como un pintor, como un músico, como un poeta… La técnica cuenta pero solo para llevarme donde quiero ir. De hecho cada cierto tiempo procuro hacer fotos en soportes químicos, incluso placas en gran formato. Y no lo hago por nostalgia, si no porque creo que es más efectivo hasta conseguir la imagen que siento.

¿Piensas que la técnica digital te permite controlar la imagen final mejor que la fotografía de carrete?
Como ya te he dicho he tenido la suerte de poder ganarme la vida con la cámara desde muy joven y en disciplinas fotográficas de lo más variado, pero casi todos mis clientes han sido siempre muy exigentes, de manera que tuve que espabilar rápido.

Este camino lo recorrí cuando solo existía la fotografía química. Entonces aprendí que una gran parte del proceso químico puede ser manipulado y, en estrecha colaboración con el laboratorio, llegamos a poder influir sobre el resultado de la toma casi de manera total. Entonces usábamos termo calorímetros, filtros, fotómetros spot, modificábamos las temperaturas de los líquidos de revelado, papeles especiales… y un montón de técnicas que hacían posible tener casi control total sobre la copia final.

Pero aún así es evidente que la fotografía digital permite un dominio aún mayor sobre el proceso fotográfico. Y además todo dentro de tu propio estudio sin depender de laboratorios o tiendas de revelado.

¿Utilizas todavía película fotográfica o te has desprendido de tu equipo?
No solamente no me he desprendido de mi equipo tradicional si no que aún continúo comprando algún que otro objetivo o cámara. ¡Y lo mejor es que todavía sigo usándolas! La verdad es que de forma lúdica y un tanto experimental o por el puro placer de escuchar el obturador de la Leica con su característico sonido. Por el momento no tengo previsto desprenderme de todas estas cámaras que forman parte de mi historia fotográfica.

¿Cómo has aprendido la técnica digital?
Como la analógica, con tiempo, esfuerzo y dedicación. En general soy autodidacta. Aunque la verdad, estando ya en el mundo de la fotografía tradicional resulta mucho más sencillo. El digital permite el método “prueba-error” prácticamente sin costo por la desaparición de los carretes y los revelados. Además la inmediatez a la hora de comprobar los resultados facilita enormemente el proceso de aprendizaje. Otra de las consecuencias de la “democratización de la fotografía”.

¿A qué público va dirigido tu libro?
Espero que a mucha gente. Sobre todo a los que buscan algo más que la simple técnica del disparo y esperan encontrar los trucos y recursos de emergencia que alguna vez pueden necesitar en sus excursiones por las montañas o durante sus viajes. Que lo disfruten y sobre todo que les sea de utilidad.

Portada del libro de fotografía de Javier Selva

Portada del libro de fotografía de Javier Selva
Un manual para mejorar nuestras fotos
Las nuevas técnicas digitales han permitido poner al alcance de una gran mayoría lo que antes estaba reservado a una élite de profesionales o aficionados avanzados que conocían las complejas técnicas de la toma y el revelado fotográfico. La fotografía se ha "democratizado" y con ello la manera de contar la «cosa fotográfica» también es diferente. La técnica fotográfica cada vez se centra más en lo que ocurre fuera de la cámara y menos en los ajustes (de exposición, del objetivo, etc.) que afectan al aparato.

Por ese motivo, este pequeño manual no es demasiado exhaustivo en lo referente a los conceptos teóricos de la técnica o del mundo digital. Pero sí nos ofrece innumerables consejos y trucos para mejorar nuestras fotos en montaña o en viajes de aventura y para alargar la vida útil de nuestros equipos. También encontraremos un amplio capítulo sobre el encuadre y la composición, auténticas bases de la buena fotografía, y cuyo dominio distingue al buen fotógrafo.

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