MÚSICA Y ENTRENO

Correr escuchando música es una elección de muchos deportistas. Quizás sean más los beneficios que los defectos de realizar una práctica de estas características, sobre todo en el intento de conseguir ritmo.
Existen muchas formas de concentrarnos en nuestro ejercicio cuando practicamos algún deporte. Cuando salimos a correr es bien sabido, que una concentración en la rutina y un buen manejo de la mirada y el pensamiento, nos harán mejorar notablemente nuestra performance. 

Muchos corredores afirman correr más y notar menos el esfuerzo cuando corren escuchando música. Quizás la razón de sentir este rendimiento, es que cuando nuestra mente se concentra en un sonido además de realizar el movimiento el cansancio queda en un segundo plano; y si además agregamos una armónica respiración, lo más seguro es que la música no sea una distracción sino un aliado.

Conseguir ritmo

La idea de realizar ejercicio escuchando música es lograr un ritmo, y continuar el movimiento. Mucho de esta técnica de concentración ya se ha probado en deportes como la natación, la danza, incluso el remo, el objetivo es motivar a la gente. Sin embargo no es lo mismo poner música en un gimnasio o en un parque donde un grupo de deportistas realiza prácticas, ya que seguramente no se conseguirá el resultado esperado, sino una desconcentración. Sea con un mp3 o un iPod, hacer ejercicio acompañado de sonido instrumental puede ser muy beneficioso. Si bien estos aparatos muchas veces han sido criticados como elementos que aíslan al deportista, muchas pruebas demuestran que cada individuo tiene su propio ritmo, de allí que el gusto musical para elegir como acompañar una actividad física puede ser muy diferente de un corredor a otro.

Programar música adecuada que lo motive a uno a continuar su rutina es un muy buen estímulo para no decaer en la actividad o en la irregularidad que muchas veces causa la desmotivación que el mismo desgaste físico genera. Con un reproductor el deportista siente el ritmo y el compás mientras se ejercita, marcando así un ritmo constante y regular que le permite distenderse y obtener mejores resultados de entrenamiento y de regularidad física. 


El secreto de la motivación de Michael Phelps


Como todos ya sabemos a estas alturas, Michael Phelps, con nada más y nada menos que 8 medallas de oro en Pekín 2008, ha sido el rey de los Juegos Olímpicos de este año -con permiso de Usain Bolt-, superando a quien parecía insuperable, el legendario Mark Spitz.

En muchas de las fotos previas a sus prodigiosas carreras hemos podido ver a Phelps con los auriculares de su Ipod puestos, apurando la escucha de su música hasta el último segundo. Es una costumbre que arrastra desde Atenas 2004 y que le funciona; los resultados avalan que la música que escoge consigue mantener sus niveles de concentración y motivación al máximo incluso cuando ya sólo se la imagina mientras nada.

Tenía entendido que el músico que inspiraba a Michael era Eminem, y la canción que obraba el milagro de convertirlo en pez era concretamente Till I collapse, pero descubro que actualmente se inclina más hacia otros raperos como Lil Wayne, Snoop Dogg o 50 cent.

Es curioso. No que sólo oiga rap -eso va a gustos- sino que su particular elección musical no sigue las teorías de prestigiosos psicólogos como Costas Karageorghis, profesor de la Universidad de Brunel, en Inglaterra, que aseguran que la música que más motiva es la que está entre los 120 y 140 beats, más o menos las pulsaciones de un deportista a los 20 minutos de ejecutar su rutina. Es decir, cuando al escuchar una canción el corazón se sincroniza con el metrónomo, dicha canción es percibida como la motivación justa para mantener ese ritmo y no decaer. Y la música que suele cuadrar con este rango de pulsaciones es la música dance o bien el rock… pero no el rap, que es demasiado lento. Si Phelps fuera al ritmo que el rap le marca, hasta Eric Moussambani le ganaría en la piscina.

Pero puede que lo que realmente motive a Phelps sea la letra de la canción, mucho más que un ritmo determinado, que pasa a un segundo plano una vez está en el agua y ya no lo escucha. En el caso del tema de Eminem, es obvio que lo que dice el rap es perfecto antes de competir:

"Cause sometimes you feel tired, feel weak, and when you feel weak, you feel like you wanna just give up. But you gotta search within you, you gotta find that inner strength and just pull that shit out of you and get that motivation to not give up…"

Porque a veces te sientes cansado, te sientes débil, y cuando te sientes débil, sientes que te vas a rendir. Pero tienes que buscar dentro de ti, tienes que buscar esa fuerza interior y echar esa mierda fuera de ti y conseguir esa motivación para no rendirte...


La percepción de la música es personal y varía según quién la escuche. Hay personas que ante según qué canciones se abstraen del resto del mundo como si se tratara de una posesión diabólica, y otras que la música les resbala completamente. Y entremedio, un gran abanico de posibilidades. Posiblemente a Phelps el ritmo musical no le condiciona el suyo propio y sin embargo el mensaje hablado sí logra motivarlo. Al fin y al cabo, su caso no es muy diferente al de futbolistas como Messi o el Kun Agüero, quienes escuchan música argentina en general antes de jugar, seguramente sólo para oír el acento de su país y aparcar por un rato la morriña.

De hecho, Phelps no es el único campeón que rompe la teoría de las 140 pulsaciones. Navegando por internet, podemos sorprendernos con las rarezas musicales que escuchan los mejores: la selección española de basket sale como una moto a la cancha con… Riki López, cantautor cómico que recuerda a Albert Pla.

Alberto Contador escucha pop comercial español como Melendi, Juanes, Chambao, El Barrio o La Quinta estación mientras pedalea. O incluso Lance Armstrong, afirma entrenar con el pop suave de Keane, Audioslave o Weezer. 

Así pues, que cada uno elija sus mejores temas para entrenar y no perder la motivación.


Fuente 2

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