LA IMPORTANCIA DEL SILLÍN

Si a uno le dejan sin el sillín de su bicicleta, descubrirá con sorpresa que, este componente que a menudo no le damos mayor importancia, es imprescindible para pedalear. Colocar el cuerpo en una posición fija que permita mover las piernas constituye un reto de la ergonomía. La bicicleta convencional lo ha conseguido soportando todo el peso sobre la parte perineal que envuelve la parte baja de la estructura de la cadera. La bicicleta reclinada lo hace sentando el cuerpo para que pueda apoyarse sobre la espalda. La experiencia demuestra que el pedaleo en una bicicleta reclinada es más eficiente, pero la realidad ha impuesto la bicicleta convencional y también el hecho de no ser aceptadas en competiciones. Por tanto, el sillín de nuestra bicicleta es una pieza importante pues sobre éste reposa todo el peso de nuestro cuerpo.

Cuestión de tiempo
Un estudio del ginecólogo belga Luc Baeyens del 2002 con seis mujeres entre 21-38 años, que practicaban ciclismo intensivo durante varios años a razón de un promedio de 462,5 kilómetros por semana tenían una hinchazón crónica unilateral del labio mayor de la vulva. Las seis pacientes tenían linfoedema unilateral típico (cinco en el derecho, una en el izquierdo) que era más severo después de un entrenamiento más intenso y más largo. La posición del sillín de la bicicleta era correcta, vestían shorts con culote y la higiene perineal de todas ellas era óptima. 

Lógicamente, éste es el caso de mujeres entregadas al ciclismo. Numerosos estudios desde principios de los ochenta demostraron en ciclistas profesionales una fuerte disminución de la concentración de oxígeno en el glande del pene debido a la compresión de las arterias perineales causada por el sillín lo cual provocaba en algunos de ellos trastornos de erección e incluso impotencia. Los estudios en este campo son extensos (1). Está claro que más allá de los estudios epidemiológicos sobre el uso continuado de la bicicleta, cualquiera puede haber notado tras recorrer más de 40 km. en un día recorriendo, por ejemplo una Vía Verde, que según como fuera el sillín las molestias en las partes perineales, o sea, las que afectan al aparato sexual femenino o masculino pueden ser importantes. Para un ciclista urbano que recorra para ir al trabajo una media de 5 a 10 km. quizás no tenga tiempo de sentir molestias en los inicios, pero con el tiempo se dará cuenta que el sillín se convierte en un problema. Entonces empieza el periplo de buscar uno más cómodo. La cuestión es que no hay mucha información sobre los criterios para escoger un sillín que no cause compresiones en las arterias y nervios perineales.

Más o menos acolchado
Irónicamente un excesivo acolchado en el sillín puede aplicar presión a los nervios y a las arterias sensibles en el área perineal a parte de crear fricciones que lo hagan incómodo. Por otra parte un acolchado excesivo también hace que el sillín sea menos eficiente para el pedaleo por afectar al equilibrio sobre el mismo. La suavidad del material, la firmeza de la superficie, el contorno de la forma son las claves de un sillín que no cause trastornos perineales. Sin embargo, también hay que reconocer que cada persona tiene su particular estructura perineal por lo que aunque hay algunos criterios claros no son generalizables de forma amplia. Otro aspecto que parece ser importante es la textura del acolchado. Una superficie del mismo plana es más efectiva que una supuestamente adaptada a la forma del perineo. Los expertos están de acuerdo, que al final, como sucede en una silla convencional, una superficie con una cierta rigidez y plana es más cómoda que sentarse sobre cojines blandos o una silla con forma para supuestamente adaptarse a la división de las nalgas. Para posiciones erectas como las de la bicicleta urbana el acolchado de gel es mejor que el tradicional de espuma de poliuretano de igual modo que una base ancha en general favorece la oxigenación de los genitales que una más estrecha.

Con muelles, elastómeros o ni lo uno ni lo otro
Circulando en bicicleta, ya sea por ciudad, carretera o montaña, el suelo es irregular. Esta irregularidad en el primer sitio donde se nota es en la zona perineal a través del sillín. Existen diferentes opciones para evitar esta desagradable sensación, sillines con muelles, con elastómeros o flexibles.

La misión de los muelles es actuar como amortiguador y es mejor que no tener nada, estos están colocados en la parte trasera del sillín justo por debajo del acolchado. La mejor opción es quizás la de los elastómeros, ya que a diferencia de los muelles, el sillín es más firme, no se mueve tanto al pedalear y después de superar un hueco o un bache solo rebota tres veces, en cambio los muelles lo hacen hasta cinco veces.

Los sillines flexibles son más difíciles de encontrar y normalmente están diseñados para bicicletas deportivas ya que no se incrementa el peso, no amortigua tanto, solo absorbe las irregularidades de un suelo pavimentado. Están diseñados para deformarse para poder absorber las irregularidades del suelo.


Con o sin forma de pico
Tradicionalmente, el sillín para las bicicletas convencionales con pico o nariz es el que más se ha implantado. Una de las razones por ello es que la protuberancia facilita el mantener el equilibrio y mejorar el dominio de la bicicleta. Es evidente, que esta cuestión puede ser relevante para determinadas situaciones o deportes, pero que es más una sensación que no una realidad demostrable. Por otra parte la posición o inclinación sobre la bicicleta es la que determina esencialmente que el pico del sillín sea más útil o no. A grados de inclinación por debajo de los 40º éste supone una ayuda la cual deja de ser relevante para inclinaciones superiores a 60º o más erguidas. El equilibrio del ciclista sobre el sillín no lo da el pico sino toda la posición de la persona respecto a los puntos de fuerza que son las manos y brazos respecto al eje horizontal y la posición de las piernas respecto al eje vertical. Ya hemos comentado la importancia de la ergonomía en la bicicleta, pero también que ésta se adapte a las medidas del usuario son claves para el confort de pedaleo. Los sillines sin pico han sido desarrollados como alternativa para personas que sufren trastornos perineales y puedan ir en bicicleta. Curiosamente, los usuarios deportistas que los han adoptado valoran que la falta de pico no supone ninguna dificultad para el control de la bicicleta en situaciones extremas.

Sillín con o sin agujero
El diseño de sillines con agujero surge como de las primeras investigaciones para intentar disminuir las disfunciones sexuales que se aprecian en muchos ciclistas profesionales desde mediados de los años setenta. Aparentemente, el agujero deja un espacio para que los testículos no queden totalmente aplastados o en el caso de las mujeres evitar la presión sobre la vulva. Estudios recientes, sin embargo, demuestran que en el caso de las mujeres las paredes del agujero aportan una mayor presión sobre los bordes de los labios mayores y contribuir a irritaciones en las áreas genitales o más (2) tal como han documentado numerosos ginecólogos. Para los hombres, si bien es cierto que permite suspender una parte de los testículos, en cambio incrementa la presión sobre otras partes perineales colindantes que reducen el flujo sanguíneo en el pene y aplasta el nervio púbico con mayor fuerza y aunque directamente no se aprieta la próstata el resultado indirecto es mucho peor.

Sentarse sobre los isquiones
Una de las últimas tendencias en la ergonomía del sillín de bicicleta es facilitar que la presión del cuerpo la aguanten no tanto la musculatura perineal que rodea al aparato sexual sino los isquiones o huesecillos del final de la cadera. Este tipo de diseño supone un cambio radical en la forma de montar en la bicicleta por lo que las sensaciones que produce la primera vez que se prueba un sillín de este tipo puede que no sean satisfactorias, especialmente, si es por poco tiempo. Los sillines isquiónicos muestran sus beneficios cuando, por ejemplo, en un recorrido de más de 50 km. uno advierte que no se le duerme el pene o que no se produce irritación en los labios vulvares. Actualmente, existen algunos modelos en este sentido y su diseño constituye uno de los mayores aciertos y que sería recomendable que se valorara su uso dado el creciente número de biciclistas. En cualquier caso, debemos insistir que cada persona debido a su constitución debería someterse a pruebas que identificaran como presiona sobre un determinado sillín y los efectos que estos pueden tener a largo plazo. Mientras este tipo de chequeos no existan para los ciclistas amateurs lo recomendable es atender a los criterios generales que indican que liberar de cualquier presión las partes perineales debe ser una condición inexcusable para cualquiera que use la bicicleta como medio de transporte.

Es muy importante que cuando circulemos en bicicleta, y no solo cuando nos montamos, los isquiones queden colocados en la parte más ancha del sillín. muchas veces sin querer, a causa del movimiento que hacemos para pedalear o conducir la bicicleta, nos vamos desplazando hacia delante con la consecuencia que los isquiones dejan de apoyarse donde deben y pasamos a apoyarnos con la zona perineal sobre la nariz del sillín.

Criterios ergonómicos
Es evidente que cada persona responde a una constitución biológica particular por lo que no es nada sencillo que uno encuentre el mejor sillín. Sin embargo, ya hemos insistido que una bicicleta es una máquina a la que se adapta la persona con todo su cuerpo. Por esta razón, no se puede valorar la idoneidad o no de un sillín sin analizar las otras características ergonómicas de la bicicleta que usamos. En nuestro país no hay precisamente una tradición en esto y los comerciantes venden más a ojo que con criterio el vender a medida. En una bicicleta podemos valorar más el equipamiento o el color que no lo realmente concerniente a la ergonomía. En cualquier caso, respecto al sillín es evidente que la extensa variedad en el mercado no facilita su correcta elección. A modo generalista lo importante es evitar presiones sobre las partes perineales y que el peso del cuerpo se distribuya sobre la mayor área de contacto posible. Los sillines pueden clasificarse para tres grandes usos: bicicleta de montaña, carretera y urbana. Formas y medidas deben adaptarse a la función pues la inclinación sobre la bicicleta y, en general, como se ejerce la fuerza del pedaleo son diferentes. Lo que sí que podemos valorar es que hombres y mujeres tenemos medidas entre isquiones diferentes. Las mujeres tienen una mayor distancia (entre 12 y 13 cm) mientras que en los hombres es algo más estrecho (11-12 cm). Finalmente, el gel es un material de reciente incorporación pero que ha demostrado que absorbe mejor el efecto de la presión y por ello este material por si sólo puede reducir entre un 50 - 80% la presión perineal. Pero, recuerda, que un sillín debe ser probado por unas semanas antes de decidir si nos resulta adaptado.

(2) Renato Rodano y otros Pressure distribution on bicycle saddles. Milan, 2002

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