ENTREVISTA A PAPÁ NOEL (publicada hoy en La Vanguardia)


Papá Noel
"Sonreír, hacer felices a los demás, es el mejor regalo"
IMA SANCHÍS  - 25/12/2008
Tengo unos 400 años. Nací y vivo en Finlandia, a los pies del nevado monte Korvatunturi (Monte de la Oreja), adonde no llega ningún camino y donde puedo escuchar todo tipo de deseos y sueños. Vivo con mi compañera, mis elfos (que son como mis hijos) y mis renos.

Recuerdo poco de mis primeros años. Puedo decirle que siempre he vivido rodeado de elfos en esa gruta de las tierras extremas de la Laponia finlandesa. Pero hace unos cien años, un intrépido viajero pasó por allí casualmente y se extendió por todo el mundo mi existencia. Entonces se me ocurrió montar un despacho en el círculo polar Ártico,cerca de la ciudad de Rovaniemi, para que la gente pudiera venir a visitarme.

... En el límite de la prisa.

Sí, así es como se conoce este extremo del mundo donde el tiempo se transforma en mágico. El sol no se pone en absoluto durante el verano y, en el corazón del invierno, la época oscura, la luz la crean la luna, las estrellas y las mágicas auroras boreales.

¿Cuándo empezó a repartir regalos?

Hará ya unos cien años que me fijé en lo bien que se portan los niños, lo alegres que son, y en esas sonrisas que iluminan la vida. Como usted sabe, los elfos, sobre todo antes de la Navidad, se pasean por todos los rincones del mundo observando a los niños y luego me informan de lo bien que se portan, así que yo les agradezco esa actitud año tras año con un regalo en una noche mágica.

Pero son muchos regalos...

Yo vivo en mi lugar secreto, con muchísimos elfos, donde todo el año fabricamos juguetes; pero cada mañana vuelo con mis renos hasta este pueblecito, mi despacho, para recibir la visita de niños y adultos de todo el mundo y leer sus cartas. Se preguntará cómo consigo que mis renos vuelen.

Sí, y también cómo puede en una noche llegar a todos los hogares del mundo.

Mis renos se alimentan de liquen y unos polvos mágicos que los hacen volar. El reno líder, Rodolfo, es tan sabio que conoce todos los caminos. Mi otro secreto es esta máquina del tiempo, que hace que la Tierra, esa noche, gire más despacio, lo suficiente como para poder llegar a todos los hogares.

¿Lo más bonito que le ha sucedido?

Las sonrisas que recibo, tengo un Archivo de Sonrisas. Durante el largo invierno se necesita mucha energía para sonreír.

¿Y esas grandes ollas llenas de chupetes?
Cuando los niños dejan de utilizar el chupete me lo envían por correo o vienen a entregármelo. Al año recibo cientos, y los guardo todos: algunos me los llevo a casa para las crías de los renos.

¿Cuántas cartas le llegan?

Más de un millón al año de niños de todo el mundo. La mayoría llega a Helsinki y me las reenvían. En ellas pone simplemente: "Papá Noel, Santa Claus, Nicolás, Joulupukki", y como dirección: "Finlandia o Polo Norte".

Cuénteme cómo son esas cartas.

Son preciosas. La primavera pasada hubo un terremoto tremendo en China en el que murió mucha gente, y algunos niños me enviaron cariñosas cartas pidiéndome que fuera.

¿En serio?

Como el terremoto había destruido las escuelas, los niños estudiaban en unos barracones donde hacía mucho, mucho frío, así que les llevé abrigos de plumas y fotos mías dedicadas para que no se olvidaran de sonreír.

¿Qué otros lugares ha visitado?

Anualmente suelo hacer cinco viajes allí donde me solicitan. He estado en Brasil, Dubai, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Rusia, Alemania, Italia y otros lugares de Europa para visitar a niños sin hogar, huérfanos y pequeños que están enfermos en hospitales. Ver sus caras tan felices es algo inolvidable para mí. Recuerdo un caso especial...

...

Fui a visitar a una mujer muy enferma, de unos 60 años, y a su hija. Al despedirnos, la mamá me dijo: "Ya puedo morir tranquila porque he visto todo lo que se puede ver en esta vida. Me iré feliz con su sonrisa". No supe qué decir, me quedé callado y sonreí.

A partir de cierta edad hay quien deja de creer en la magia y en Papá Noel...

El mundo debe tener fe en que la magia de la alegría y la paz es posible. Hay que educar a los niños en esa posibilidad, en ese regalo para uno mismo y para la humanidad.

¿Cree que la fantasía y la ilusión ayudan a fomentar la paz?

La ilusión es el beneficio de mantener una actitud positiva, así que todos deberíamos tener esa actitud positiva y colaborar para hacer de este mundo un lugar mejor.

¿Qué representa para usted la Navidad?
El momento en que las familias se reúnen, tan simple y hermoso. Pero últimamente la Navidad se ha convertido en comprar y comprar y en ponerse nervioso porque hay que comprar. Deberíamos recordar que reunirse, estar juntos en paz, es el mejor regalo; que lo importante es pasar el máximo tiempo posible con nuestros hijos y no correr tanto buscando cosas para ellos. Tiempo y no cosas, calidez en lugar de cantidad.

¿Ese es su mensaje para los adultos?

Sí, que transmitir el respeto y la paz a los niños es el mejor legado. Y quiero decirles que vivan tranquilos, rodeados de la gente que aman, que no trabajen demasiado, y que no se olviden de que lo más importante es tener siempre una sonrisa.

¿Vienen a visitarle adultos sin niños?

Sí, el 60% o 70% de las visitas son de adultos, imagino que para cumplir su sueño de niño. La ilusión no debería tener edad.

¿Cuál es el regalo más grande que usted podría recibir?

Ver gente contenta, y feliz a la naturaleza. Sonreír, vivir en paz y hacer felices a los demás está en nosotros y es el mejor regalo.

La magia existe
Existe un lugar donde habitan más renos que personas, donde en Navidad todos los árboles se visten con luces y no hay casa que no ilumine sus ventanas ni rincón sin muñeco de nieve. Aquí, en Rovaniemi, está el pueblo en el que Papá Noel recibe a quien quiera conocerle, con su oficina de correos, sus elfos, sus dulces y su mundo mágico que nació a mediados de los 80, cuando decidió dejarse ver. Ante su presencia, los mismos ojos risueños desde hace treinta años y sus dos metros de altura, no te cabe duda de su existencia. Él no recuerda su historia, pero en su árbol genealógico hay obispos y santos. La leyenda de Santa Claus,del director finlandés J. Wuolijoki, recrea su infancia en la mágica Laponia.

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